Cuatro sacerdotes y dos monjas más son sospechosos de haber abusado sexualmente de menores en la Escuela del Coro de Ratisbona (sur de Alemania), según ha confirmado el portavoz diocesano Clemens Neck.

Entre ellos figura un hombre que hace unos 40 años se propasó con dos niños mientras trabajaba en el internado, del que durante tres décadas -de 1964 a 1994- fue director musical Georg Ratzinger, hermano del Papa Benedicto XVI. Según Neck, además, el número de víctimas sigue aumentando.

Dos condenados fallecidos en 1984

Los indicios se remontan a antes de 1984; hoy, los hombres viven actualmente en distintas diócesis alemanas y las dos mujeres sufren demencia senil y apenas pueden comunicarse. Al margen de las formuladas contra estos seis sospechosos, se han realizado acusaciones contra prelados ya fallecidos.

El Obispado de Ratisbona ya hizo público a principios de mes que hubo dos religiosos de esa comunidad, fallecidos en 1984, que fueron condenados judicialmente por casos de pederastia. Por otro lado, la Iglesia evangélica ha informado en Düsseldorf de que se están investigando otros tres casos.

La vicepresidenta de la diócesis renana, Petra Bosse-Huber, explicó que han llegado a la institución denuncias sobre casos de abusos, algunos de los cuales datan de hace 50 años. "Estamos avergonzados y horrorizados. Pedimos el perdón de las víctimas", apuntó.

"Grave error" cometido en los 80

Estos casos se suman a la larga serie de revelaciones surgidas desde que en febrero saliera a la luz el escándalo de la escuela de élite jesuita Canisius, en Berlín, en los años 80. Desde entonces, el goteo afecta a casi todas las diócesis de Alemania, con un total de 23 escuelas o internados.

Según los medios alemanes, la archidiócesis de Múnich y Freising ha admitido el "grave error" cometido en los 80 -siendo entonces su arzobispo el ahora Papa - al acoger a un cura con antecedentes de pederastia y destinarlo a una parroquia, donde reincidió en los abusos sexuales.

La canciller Angela Merkel celebró este lunes la carta en la que Benedicto XVI pidió perdón a las víctimas de los curas pederastas en Irlanda. A través de su portavoz, Ulrich Wilhelm, la canciller valoró que el pontífice haya abogado tanto por la "reparación de la injusticia" como por la "necesidad de una mejor prevención para el futuro".